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Esta vez reproducimos un interesante artículo del argentino Juan O. Alba Posse, publicado en Panorama Católico Internacional, acerca de un pérfido deicida, perteneciente a una secta protestante, que -fiel a la «tradición» de sus antepasados– se gloría en atacar violentamente a la Madre de Dios, María Santísima, en su advocación de la Virgen de Guadalupe.

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Fiel a sus antepasados, el pérfido
«predicador» judeo-hereje no ceja en
su empeño de combatir a Cristo

Por si fuera poco (y como es de esperar en un abominable sujeto de categoría semejante), el representante del pueblo maldito que creó las ideologías modernas, se afana en el «dogma» del holocuento, una de las famosas supercherías inventada por los «defensores de la libertad y tolerancia» que hoy gobiernan el mundo.

La negación de ese «dogma» es perseguido con castigos durísimos e incluso la valiente negación de tal mito por parte de algunos intrépidos y brillantes representantes de la Fe Católica ha acarreado contra éstos, en ocasiones, el odio y murmuración por parte de otros clérigos envidiosos y menos audaces que ellos.

¡Que lo disfruten! Y recuerden que el único Holocausto de la historia es el de Nuestro Señor Jesucristo en la Cruz.

Mendo Crisóstomo

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Los «defensores de la libertad y tolerancia» que hoy gobiernan el mundo, castigan durísimamente a quienes discrepan del dogma del Holocuento

Judío converso al evangelismo ataca violentamente a la Guadalupana

Infiltración – Indefensión

INFILTRACIÓN – INDEFENSIÓN

En los tiempos que corren, más que nunca se impone detectar los hechos que de algún modo atañen a la Iglesia, cualquiera sea su origen o magnitud. Como lo tiene demostrado la historia reciente, porque la persecución está en plena marcha.

El único «holocausto» de la historia es el de Nuestro Señor Jesucristo en la Cruz

Precisamente se está cumpliendo un año de cierto hecho que pudo ser a lo sumo anecdótico, pero significó una verdadera confabulación.

El escándalo alrededor de una fábula, desatado en el preciso momento que el Santo Padre disponía medidas atinentes a la unidad religiosa. Ocasión en que se desenterraron antiguas (e inobjetables) opiniones ocasionales del Obispo Richard Williamson sobre el denominado “Holocausto”*.

Dichos hasta entonces ignorados, con lo que extemporáneamente se fabricó un revuelo artificial; hasta alcanzar proporciones nunca vistas y la conmoción mediática de toda la humanidad.

Un despliegue impresionante del poderío mandante, con recíprocas muestras de temores sumisos.

Ahora, la moderna tecnología está mostrando a cierto “predicador”**, dedicado a esparcir por el mundo terroríficas diatribas contra la antigua Cristiandad y la santa Iglesia. Lo hace estrepitosamente, aparentando una devoción farisaica a N.S. Jesucristo, al Santo Evangelio y el Antiguo Testamento. Lo llaman Gary Lee. Un hombre de mediana edad y apreciable fortuna que le permite largas excursiones y la adquisición de poderosos medios; como la importante radio que posee en Puerto Rico. Su acento y su oratoria -a grandes alaridos-  supera el estilo de los pastores congéneres. Por supuesto que ello no tiene mucho de sorprendente, pero hay una particularidad que lleva a las consideraciones que siguen.

Antisemitismo El predicante tiene la obsesión del antisemitismo y ello lo  enardece hasta el delirio.

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El haber ejercido su «libertad de expresión» le costó al pacífico Obispo R. Williamson (foto) la persecución como delincuente; ocasión aprovechada también por la judería para atacar al Tradicionalismo en general y la figura del Papado

Para acusar a la Cristiandad histórica y a los cristianos contemporáneos, como promovedores –grita- del odio a los judíos. Por supuesto que por ello, la maldición del Cielo ha caído y sigue cayendo sobre los culpables… Todo expresado con incontenible furia, sin omitir la sobrecarga de la leyenda negra y el original agregado de que la Inquisición quemaba judíos.

En cuanto al “Holocausto”, asevera que las víctimas fueron 6.500.000. O sea medio millón más que el número decretado, cuya estimación crítica le costara al Obispo Williamson la persecución como delincuente. Además, Gary Lee relata su personal investigación en los sitios de exterminio, poniendo de resalto los crematorios… “donde abrían unos tubos y metían el gas”.

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Por lo cual pone en tela de juicio la intangibilidad del Dogma, con la precisión de que el gas mortífero se suministraba del modo transcripto. Un manipuleo difícilmente compatible con las herméticas cámaras de gas, cuya existencia es dogmática.

Como que la duda al respecto, fue piedra de escándalo en el “caso Williamson”.

Saña contra un Milagro Hay algo más, y más inaudito. Gary Lee ha llegado a ensañarse contra el milagro de Nuestra Señora de Guadalupe (justo cuando  al respecto se están descubriendo maravillas).

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Con satánicos alaridos, el predicador hebreo se mofa de la Santísima Virgen de Guadalupe y lanza calumnias a los españoles y a la Cristiandad

Su odio ciertamente satánico, culpa a aquella devoción mariana de todos los estragos que padece Méjico: narcotráfico, crímenes, prostitución, etc.

Como un castigo  –ruge-  por haber adorado más de 500 años a … (obviamente aquí omitimos el insulto canallesco). Se trata, sigue diciendo fuera de sí, de un invento de los españoles para mantener cegados a los indígenas.

Siempre a los gritos, burlándose, lo acusa a Juan Diego de haber visto –¡drogado!- cuatro veces en un día a… (nos resistimos a transcribir la blasfemia). Y termina argumentando a guisa de lápida, que en ningún momento la Biblia habla de la Virgen de Guadalupe…

Tal vez podría decirse que tamaña imbecilidad desmorona todo por su propia gravitación. Pero ello no quita que el energúmeno seguirá vociferando sus injurias y calumnias por el mundo. Siempre impune, reclutando adeptos; ésto es lo grave adicional. ¿Y cómo se explica todo ello? …

Por aquí vuelve el tema de la indefensión cristiana y el poder de la infiltración; trauma registrado ya hace un año en el “caso Williamson” de inevitable paralelo con la presente infamia. Para recrudecimiento ahora de la vergüenza de tantos cristianos –dignatarios incluidos- que acompañaron la impostura establecida mundialmente.

Una falacia aquella, que se podía desmenuzar palabra por palabra. Bochorno mayor todavía, por el silencio guardado cuando en Israel –como réplica por el “caso Williamson”- se propalaron por televisión gravísimas blasfemias contra Nuestro Señor y la Santísima Virgen (cfr. La Nación 21.1.09).

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La Judería aprovechó la ocasión para blasfemar en televisión contra Cristo y su Santísima Madre

Trasuntando un coro diabólico para las exequias de la civilización cristiana corroída y abatida.

Clave y espera El interés por el vil ejecutor de la campaña anticatólica comentada, lleva a investigar algo más sobre su personalidad.

Y por tal camino se pudo conocer que Gary Lee es en realidad Gary Katzelnik, judío norteamericano.

Frente a todas estas cosas, resta esperar la reacción de tantos dignatarios y funcionarios que se conmovieron automáticamente, o callaron, frente al “caso Williamson”***.

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El histérico energúmeno fariseo es Gary Katzelnik, un multimillonario judío norteamericano

Lo mismo que un repudio expreso de entidades como la DAIA, para deslindar a la pacífica comunidad judía -cuya representación manifiesta- de ofensas anticristianas que ella no comparte en modo alguno.

Diciembre de 2009

* El término “Holocausto” ha sido objetado por el presidente del Centro de Investigación y Difusión de la Cultura Sefardí, Mario Eduardo Cohen  (La Nación, 24.3. 2000). El estudioso judío, dijo allí con la mayor franqueza, que “Holocausto” es una palabra incorrecta para designar padecimientos humanos del siglo pasado, puesto que designa un sacrificio de naturaleza religiosa.

**http://www.youtube.com/watch?v=hzU4xEtB_uk(con la prevención debida conviene verlo).

*** Un triste ejemplo local: Ante la expulsión del obispo Williamson de nuestro país, el Pbro. Guillermo Marcó –titular de Pastoral Universitaria de la Arquidiócesis- comentaba: “nos saca un problema de encima”. Y fustigó la inquietud histórica del prelado señalando: “Es como decir que San Martín no cruzó Los Andes, discutir esto es absolutamente ridículo”(Clarín, 22.2.09).

LA TRADICIÓN CATÓLICA: ÚNICA SOLUCIÓN CONTRA EL CAPITALISMO (III)

[Continuación de Tradición Católica contra el Capitalismo (II) ]

El que es tan débil y cobarde que no sabe vencerse a sí mismo, tampoco podrá vencer verdaderamente nunca a sus enemigos de fuera. Eso es lo que le sucede a los que viven con el cerebro lavado por su ideología.

Porque la gente vive hoy engañada por ideologías que, como su propio nombre indica, se basan simple y llanamente en el intento de aplicar utópicos “VALORES” de cuya eficacia no se tiene constancia alguna, por no tratarse de conclusiones extraídas del funcionamiento de la sociedad, sino de divagaciones mentales, es decir: simples IDEAS.

“ideología” y “pájaros en la cabeza” son la misma cosa: trampas del Sistema para mantener ocupada a gente mentalmente débil y distraer a los tontos e inútiles.

Decir “ideología” y decir “pájaros en la cabeza son una sola y la misma cosa:

inventos del sistema para mantener ocupada a gente mentalmente débil y distraer a los tontos y a los inútiles.

Todas ellas son hijas de la Revolución, todas, por tanto, trampas del Sistema. Sus luchas no son sino luchas intestinas entre facciones del mismo ejército cuyo único enemigo a la hora de la verdad es la Tradición; dicho de otro modo: se trata de la Revolución y sus ideologías combatiendo primero entre sí, y después contra la Tradición y la realidad.

Cuando los dirigentes revolucionarios y líderes ideológicos, diligentes corruptores de la sociedad, han conseguido engañar a masas de gente fomentando odios y pasiones personales y defendiendo vicios particulares, es cuando consiguen la adhesión a sus partidos políticos o “colectivos”, que no son más que invenciones antinaturales que no conducen sino a la liquidación de toda posible esperanza de justicia y de equidad.

enemigos de toda verdadera justicia social y sembradores de odio y de lucha entre los estamentos sociales, los revolucionarios atrapan a los incautos con las abominables redes de las ideologías

Respecto a cómo esos engaños, enemigos de toda verdadera justicia social y sembradores del odio entre los cuerpos sociales, han llegado a atrapar con sus redes a numerosos obreros y otros trabajadores fundamentándose en el abominable veneno de las ideologías, da buena cuenta aquel semanario tradicionalista español llamado “La Reconquista”(4 de abril de 1872. Págs. 217-218):

“El obrero de la fábrica, verdadero esclavo convertido por el liberalismo en una máquina, buena sólo para producir, pero indigna de todo cuidado moral; ese obrero a quien se encierra en una especie de lóbrega cueva, donde ni penetra apenas la luz del sol, ni el aire de los campos; ese obrero a quien no se le deja ni tiempo para pensar en Dios, ni descanso par que repose en el seno de su familia y dirija una mirada a sus hijos; ese obrero que al salir de su prisión llevando aún los pulmones llenos de

Desde el Concilio Vaticano II, numerosos herejes del Sistema, conservadores o progresistas, se hallan incrustados en las estructuras eclesiásticas corrompiendo la Tradición

nauseabunda atmósfera de la fábrica, y los ojos fatigados por la luz artificial, y los oídos estremeciéndose todavía con el atronador y monótono chirrido de las máquinas, se encuentra en medio del alegre bullicio de una gran ciudad y ve pasar a su lado un sibarita cuya fortuna sabe que está formada con bienes que arrebató a la Iglesia o que ganó en el juego de la política, el más inmoral de todos los juegos; ese obrero que al volver a su casa, si por acaso es tan venturoso que la tiene, ve por todas partes el refinamiento de una civilización sensual y materialista; ve palacios suntuosos en las calles, manjares delicadísimos en las fondas, molicie y afeminación en todas partes; ese obrero a quien le han enseñado que el clero es su enemigo y la Iglesia su verdugo arrancándole así el sentimiento de la religión, único asilo de paz y dulce sosiego en donde podía encontrar inagotables consuelos y fortaleza inextinguible, ese obrero escucha una voz que le promete hacerle dueño de toda esa riqueza material, única riqueza que él conoce y que ve una mano que le señala como suyos todos esos brutales goces del cuerpo, únicos goces a que le han enseñado a aspirar, ¿cómo no ha de abrir sus oídos a esa voz, y cómo no ha de estrechar con febril afán esa mano?”

aparentemente enemigos pero coincidentes en sus relativistas principios básicos, los revolucionarios del Sistema han conseguido engañar a masas de gente fomentando odios y pasiones personales y defendiendo vicios particulares

Esa mano que le señala tales goces vacíos es la mano de todos esos demagogos que se aprovechan de los sectores más humildes de la sociedad, sembrando en ellos la discordia y la adhesión a corruptoras ideologías, animalizadoras del hombre y destinadas a robar su auténtica libertad en pro de «Un Mundo Nuevo y Unido», edificado en base a la Revolución.

Pues bien, desde el Concilio Vaticano II es patente que tenemos dentro de las estructuras de la Iglesia a toda esa canalla:

Los herejes que defienden la Teología de la Liberación son anticristianos marxistas disfrazados

-Unos pocos herejes que defienden la Teología de la Liberación, que no es otra cosa que un anticristiano socialismo disfrazado. Éste confunde la Justicia Social inherente a todo católico y se halla inficionado de un materialismo anticatólico demagogo, propio de los marxistas y pretende eliminar todo lo sacro y tradicional.
Tales individuos quieren construir la casa por el tejado, olvidando que la Justicia Social sólo puede imperar allá donde impere el Reinado Social de Cristo.

Los herejes conservadores adulteran la Fe y la Obediencia y pretenden reducir la Religión al márketing y a unas cuantas prácticas de piedad para ancianas

-Unos pocos herejes hipócritas que defienden el Capitalismo ¡e incluso lo intentan hacer ver como católico!, pretendiendo eliminar a Cristo de la Soberanía Social con un fariseísmo flagrante, con misas que son falsas (Novus Ordo Missae), pero a veces estéticamente adornadas; de tales individuos hace su bandera, por ejemplo, la famosa COPE.
Destronan a Cristo de la sociedad y lo quieren reducir a unas cuantas prácticas de piedad para ancianas.

La gran masa de los llamados "católicos" no se entera de nada

-Finalmente, tenemos a la gran masa de católicos, que no se entera de nada.

No se han enterado ni de que llevamos con una “Misa” protestante desde hace más de 40 años. No se han enterado de que el Concilio Vaticano II es gravemente herético y supone la Revolución Francesa dentro de la Iglesia.
No se han enterado de que la caridad no consiste tan sólo en darle unos céntimos al vagabundo que mendiga a la puerta de la iglesia.

Por último, al margen de todo esto estamos los tradicionalistas. Los que confesamos que no puede haber concordia entre Cristo y el príncipe de este mundo.

Los Tradicionalistas reclamamos los Derechos de Dios: nos limitamos a aceptar y practicar, en TODO, lo que la Iglesia Católica Apostólica Romana siempre creyó y combatimos con vehemencia las mentiras del enemigo

Los que no añadimos nada nuevo fruto de nuestras «ideas» a la Tradición Católica de siempre.
Los verdaderos católicos y no los pietistas que quieren recluir a Cristo a la vida privada.
Los que deseamos una justicia social verdadera y estamos hartos de la demagogia.
Los que pretendemos recristianizar la sociedad y entronizar de nuevo al Divino Redentor en el centro de la vida social.
Los que no nos creemos las leyendas anti-Cristiandad que el enemigo ha sembrado como cizaña para esclavizarnos encuadrándonos en sus partidos políticos que sólo buscan el enriquecimiento y/o el poder para unos pocos.
Porque, como explicó en más de una ocasión el diputado obrero tradicionalista Ginés Martínez Rubio:

“la verdadera emancipación del proletariado no puede estar más que en el cumplimiento de las Encíclicas pontificias, en la restauración de nuestros antiguos gremios; en el aniquilamiento, en fin, de los principios liberales, que si en lo político están absolutamente desacreditados después de llevar a la ruina al mundo, en lo económico han sido la bancarrota de la sociedad.”

El Capitalismo es el fruto más duradero de la Revolución y es la base del Sistema actual. Los frutos del Capitalismo son observables a día de hoy.

Y esto en momentos como los actuales se ha vuelto más evidente que nunca.
Por consiguiente, la única solución posible a todos y cada uno de los problemas de injusticias sociales consiste en desmontar la Revolución, pues el Capitalismo no es sino obra de ésta, al haber acaparado la propiedad y los medios de producción, desligándolos de su función social y utilizándolos como herramientas para la lucha salvaje y despiadada de unos individuos contra otros.
En suma, la forma de que cada uno obtenga lo que merece y la Propiedad y el Trabajo vuelvan a ser instrumentos al servicio de la concordia social y del verdadero bienestar, es quela economía vuelva a estar sometida a la moral, único medio infalible para acabar con toda crisis económica.

El único método para que el Trabajo y la Propiedad recuperen su sentido y pueda vivirse en armonía, consiste en suprimir toda palabrería vana y aplicar medidas concretas, sin ideologías

¿Cómo acabar ya mismo con la explotación y hacer que la economía esté sometida a la moral? Nos lo explica en parte también el diputado obrero Don Ginés Martín Rubio (La cuestión social, pág. 29), pero con medidas concretas, no con divagaciones, ni tampoco con ideología o palabrería vana:

En virtud de ello, el ponente que suscribe propone que se adapte como medio de llegar a la concepción cristiana del Trabajo y de la Propiedad, para con ello evitar la explotación del hombre por el hombre, base de la concepción liberal de la economía y en su puesto crear:
a) En la pequeña industria, cooperativas gremiales de artesanía, acogidas a lo que determina el Fuero del Trabajo en su declaración cuarta, y la Ley vigente de Cooperativas.
b) En la mediana y gran industria, se puede emplear la cooperativa de producción, que en sí funcionaría como la actual sociedad anónima, es decir, perfectamente viable sin perjuicio económico de tercero, ya que a los productores o propietarios que quieran seguir explotando negocios particulares, nadie se lo impide, acogidos a la vigente concepción sindical del trabajo.”

Pues, ¿qué? las crisis económicas y los enfrentamientos sociales se evitan muy fácilmente: desde el momento en que son suprimidas las ideologías y los colectivos y partidos políticos a ellas ligadas, que sólo sirven para ensalzar los vicios y lacras particulares y para crear discordia, desunión y descontento social.
Se soluciona todo en cuanto sean restaurados los gremios sociales naturales y les sea devuelta su legítima potestad secular sometida a los principios de la Tradición.

Se solucionará para siempre todo el problema económico en cuanto se restaure el Reinado Social del Corazón de Cristo, basado en el amor misericordioso

Se solucionará, en fin, en cuanto se restaure el Reinado Social de Cristo y la sociedad se sustente en los principios que de verdad funcionaron, que se basan no en la avaricia sino en la Caridad, en ese amor misericordioso que durante siglos rigió la Cristiandad. Como sintetiza Hilaire Belloc («La crisis de.nuestra civilización», pags. 154 y 155):

El Capitalismo constituye una calamidad no porque defienda el derecho legal a la propiedad sino porque representa, por su propia naturaleza, el empleo de ese derecho legal para beneficio de unos pocos privilegiados contra un número mucho mayor de hombres que, aunque libres y ciudadanos en igualdad de condiciones, carecen de toda base económica propia.


Por lo tanto, la calamidad básica que de una manera drástica llamamos capitalismo, debiera, con más precisión llamarse «Proletarianismo», dado que las características del mal estado de la sociedad que hoy llamamos «Capitalismo» no consisten en el hecho de que unos pocos tengan propiedades sino en el hecho de que la mayoría, aún cuando desde el punto de vista político sean iguales a sus amos y libres para ejercer todas las funciones inherentes a un ciudadano, no pueden disfrutar la libertad económica completa. […] La presencia de un proletariado tan amplio es la que imparte el tono a todo el conjunto de la sociedad y lo que hace que ella sea una Sociedad Capitalista».

Como deja claro Belloc, no puede haber verdadera «libertad económica» mientras haya individuos que no gocen de ella, pues la libertad, para ser verdadera libertad y no libertinaje, debe someterse a la moral, tanto en el plano económico como en todos los demás.

En cambio, la noción liberal de «libertad económica» que trajo la Revolución Liberal al engendrar el Capitalismo, no es más que un concepto luciferino de libertad; es decir, la licencia de unos pocos para el robo y explotación despiadados.