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Todos los Santos de la historia de la Iglesia se han santificado con la Misa Tradicional (hoy llamada por los oficialistas “forma extraordinaria”), establecida por Jesucristo, y no con la nueva “misa” (hoy llamada por los oficialistas “forma ordinaria”) inventada por el obispo masón Bugnini y por cinco ministros protestantes y un rabino.

La "forma ordinaria" de la Misa que hoy encuentra habitualmente en su parroquia, NO es la Misa de siempre, sino un invento humano plagio de los herejes protestantes

Por eso, según los grandes santos y doctores de la Iglesia, son numerosísimas las utilidades y beneficios que, gana aquel que asiste a la Misa de siempre, la Misa Tradicional, y las que gana aquel sacerdote que la celebra.
Menos mal que el Papa Benedicto XVI ha indicado que jamás estuvo prohibida la Misa Tradicional; eso hará que algunos que se alejaron de la Iglesia vean que las “misas” a las que les llevaban de pequeños no son las misas a las que iban sus abuelos.

La Misa Tradicional o "forma EXTRA-ordinaria es la Misa con que se santificaron TODOS los santos de la historia

Estas utilidades, por supuesto, no las gana quien asiste a esa “misa” inventada tras el Concilio Vaticano II, ya que tal “misa” (hoy extendida por doquier y en lengua vulgar), no es a la que ellos asistían, sino que es una “misa” inventada por humanos y no la establecida por Dios, que es la de Jesucristo.

Mendo Crisóstomo

TESORO DE LAS GRANDES UTILIDADES

QUE SE GANA EN CELEBRAR Y OÍR MISA TRADICIONAL

Extraído de Misa Tridentina

1 – San Bernardo, hablando de las utilidades de la Misa, dice: Que más merece el que devotamente oye una Misa (en gracia de Dios), que si peregrinara la dilatada espaciosidad de todo el mundo, y que si diera a los pobres su hacienda: pero mucho más el que celebra.
2 – El mismo Santo dice: Que el que devotamente y en gracia oyere Misa merece tanto como si fuera  peregrinando. y visitara todos los Lugares Santos de Jerusalén, y caminara la demás Tierra Santa.

La Santa Misa Tridentina es el compendio de las maravillas que Dios ha hecho con los hombres

3 – San Buenaventura, con otros muchos Padres, dice: Que la santa Misa es el compendio de las maravillas que Dios ha hecho con los hombres.

4San Agustín dice: Que si alguno oyere devotamente la Misa, alcanzará grandes auxilios para no caer en pecado mortal, y se le perdonarán sus defectos y pecados veniales e imperfecciones.
5 – En otro lugar dice: Que todos aquellos pasos que uno da para oír Misa, son escritos y contados por su Ángel y por cada uno le dará el Altísimo Dios un grandísimo premio en esta vida mortal y perecedera.
6 – Refiere el mismo Santo: Que el oír devotamente Misa y ver el Santísimo Sacramento, ahuyenta al demonio del pecador.
7 – . Mas adelante refiere: Que al que oyere Misa entera no le faltará el sustento necesario y alimento para su cuerpo.
8 – El propio Santo dice: En aquel día que alguno viere en la Misa el Cuerpo y Sangre de Jesucristo, se le conservará la luz de la vida.

El Ángel de la Guarda toma nota de todos los pasos que uno da para asistir a Misa Tradicional

9 – En otro lugar continúa diciendo: Que mientras uno oye Misa no pierde el tiempo, sino que gana mucho, por muy dilatado que el sacerdote se esté en el sacrificio de la Misa.

10 – Mi gran Padre San Agustín, hablando con los que fueran muy devotos de las benditas almas del purgatorio, dice estas breves palabras: Quien por los difuntos oye Misa y ora, por sí propio trabaja: así el que ofrece por las almas lo que reza, por sí propio trabaja.
11San Anselmo dijo: Que más vale una Misa oída en vida, que mil dichas por la misma persona después de su muerte.
12 – El mismo Santo dice: Que una Misa sobrepuja y accede la virtud de todas las oraciones en cuanto a la remisión de la culpa y pena.

El que asiste a Misa Tradicional, en ese día se librará de muy grandes peligros y numerosos males

13 – En otro lugar dice: Que oír devotamente una Misa en vida o dar alguna limosna para que se celebre, aprovecha más que dejar para celebrarlas después de su muerte.
14 – San Gregorio dijo: Que el que devotamente oyere Misa, en aquel día se librará de muy grandes peligros y muchos males.
15 – En otro lugar dice: Porque ningún sacrificio hay en todo el mundo por el cual las almas de los difuntos con mayor presteza salgan y se libren de las penas del purgatorio, que por la sacratísima oblación y santo sacrificio de la Misa, como sienten los teólogos.

La Misa Tridentina es "el mayor bien que se puede ofrecer por las almas para librarlas y sacarlas del purgatorio"

16 – El mismo santo dice: Que la pena de los vivos y de los difuntos se suspende mientras se celebra la Misa y principalmente en las almas de aquellos por quienes con especialidad el sacerdote ruega, ora y dice la Misa.

17 – Continúa el mismo Santo diciendo: Que por las Misas oídas y dichas con devoción, los pecadores se convierten a Dios, las almas se libran de las penas que por sus pecados merecían en el purgatorio. y los justos se conservan en el camino rectísimo de la justificación.
18 – Por último, dice el mismo San Gregorio: Que por las Misas que en la Iglesia se celebran, se convierten los infieles a la fe de Cristo, las almas de las penas del purgatorio vuelan al cielo y los Justos se afirman en la gracia de Dios.
19 – San Jerónimo dice: Que las almas que están en la penas del purgatorio, por las cuales el sacerdote ora y ruega en la Misa, no padecen ningún tormento mientras que el santo sacrificio de la Misa se celebra y dice por ellas.
20 – El mismo Santo dijo: Que por cualquier Misa con devoción celebrada y oída salen muchísimas almas de las penas del purgatorio, y a las otras  que quedan en él se les disminuyen las muchas penas que allí padecen.

Salvo la Misa Tridentina, ningún otro sacrificio posee poder por el que "las almas de los difuntos con mayor presteza salgan y se libren de las penas del Purgatorio"

21San Alberto el Magno dice: Que el santo sacrificio de la Misa está tan lleno de misterios como el mar  está lleno de gotas, como el sol de átomos, el firmamento de estrellas y como el cielo empíreo de muchísimos Ángeles.

22 – En otro lugar (Serm. 145) dice: Que el que en la  Misa contemplare la Pasión y muerte de Jesús, merecerá más que si anduviese peregrinando a pie descalzo a los Lugares Santos de Jerusalén, y ayunara a pan y agua un año, y se azotara hasta derramar sangre de sus venas. y rezara trescientas veces el Salterio.
23San Cipriano dice: Que el santo sacrificio de la Misa es medicina para sanar las enfermedades, y holocausto para purgar las culpas.
24 – San Juan Crisóstomo dice: Que la celebración de la Misa en cierta manera, vale tanto cuanto vale la muerte de Cristo en la cruz.

La Santa Misa Tradicional vale tanto como el Sacrificio de Cristo en la Cruz

25 Inocencio Papa dice: Que por la virtud del sacramento de la Misa todas las virtudes se aumentan y se acrecienta la gracia.

26 Juan Bautista Mantuano dijo: Aunque Dios me diera cien lenguas, y con ellas una voz de acero que nunca se me gastara, no sería posible declarar y manifestar las utilidades, gracias, privilegios y grandes provechos que se ganan con asistir y oír Misa en gracia.
27 – San Bernardino de Sena dice: Que la Misa es el mayor bien que se puede ofrecer por las almas para librarlas y sacarlas del purgatorio y llevarlas a gozar de su santísima gloria.

La Misa Tradicional está tan llena de misterios como el mar está lleno de gotas o el firmamento de estrellas

28 – San Lorenzo Justiniano dice: Más agrada al Altísimo Dios el sacrificio de la Misa, que los méritos de todos los Ángeles.
29 – El Venerable Beda dice: Que si una mujer encinta oyere Misa, podrá esperar grandes auxilios en los dolores de su parto.
30 – Eugenio Papa dice: Que más aprovecha para la remisión de la culpa y pena oír una Misa, que todas las oraciones de todo el mundo.
31 – El Concilio de Trento: Que por el santo sacrificio de la Misa se aplaca a Dios, y concede la gracia y don de la penitencia.

Es imposible manifestar con palabras las grandes utilidades, gracias, privilegios y grandes provechos que se ganan con la Misa Tradicional

32 – El santo sacrificio de la Misa, dice San Francisco de Sales, es el corazón de la devoción, el alma de la piedad y el centro de la Religión.
33 – Concluyendo, dice el Doctor Angélico Santo Tomás de Aquino: Que los efectos que causa el santo sacrificio de la Misa y el oírla, son los siguientes:

Resiste a los malos pensamientos.

Destruye los pecados.

Mitiga el aguijón de la carne.

Da fuerzas al alma para batallar contra los enemigos.

Perdona los pecados veniales.

Purifica, limpia y purga el corazón.

Alienta a obrar bien.

Aumenta la castidad.

Acrecienta el fervor de la caridad.

Da fuerzas para sufrir las cosas adversas y llena el alma de todas las virtudes.

Y, en fin, por decirlo de una vez, cuantos frutos, gracias, privilegios y dones recibimos de la mano del Altísimo Dios, todos son por la sagrada muerte y Pasión de Nuestro Señor Jesucristo, la cual se representa en el Sacrificio de la Misa.

¿Se imaginan hallándose sumergidos en una poza malholiente y abominable, saturada de basuras, aguas fecales y cadáveres en descomposición?

Con toda certeza, muchos de los que ahora leen esto se habrán planteado cómo huele el infierno. Así pues, en esta ocasión vamos a reproducir un texto de San Anselmo que, tras hablarnos de las tinieblas inacabables del infierno, menciona sus repugnantes olores, hedores nauseabundos y vomitivos que no pueden erradicarse en toda la eternidad.

Pero antes, el santo menciona las tinieblas del infierno. Son tinieblas tan densas que sólo queda un ínfimo resquicio de luz suficiente para observar a los otros condenados y para poder ser atormentado por imágenes espantosas durante toda la eternidad.

Mendo Crisóstomo

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El hedor activo del Infierno

Yacen en las tinieblas exteriores. Pues, acordaos, el fuego del infierno no emite ninguna luz. Así como, al mandato de Dios, el fuego del horno Babilónico perdió su calor, pero no perdió su luz, así, al mando de Dios, el fuego del infierno, mientras retiene la intensidad de su calor, arde eternamente en las tinieblas.

Es una tempestad de tinieblas que nunca más se acaba, de negras llamas y de negra humareda de azufre ardiendo, por entre de las cuales, los cuerpos están amontonados unos sobre los otros sin una brizna de aire.

De todas las plagas con que la tierra de los faraones fue flagelada, una plaga sola, la de la tiniebla, fue llamada como horrible. ¿Cuál es entonces el nombre que debemos dar a las tinieblas del infierno, que han de durar no sólo por tres días, sino por toda la eternidad?

El horror de esta estrecha y negra prisión es aumentado por su tremendo hedor activo.

 

Toda la inmundicia del mundo, todos los amasijos de escorias del mundo, los desperdicios y basuras del mundo...correrán para allá como para una vasta y humeante cloaca

"Toda la inmundicia del mundo, todos los amasijos de escorias del mundo, los desperdicios y basuras del mundo...correrán para allá como para una vasta y humeante cloaca"

Toda la inmundicia del mundo, todos los amasijos de escorias del mundo, los desperdicios y basuras del mundo, nos fue dicho, correrán para allá como para una vasta y humeante cloaca cuando la terrible conflagración del último día haya purgado el mundo.

El azufre también, que arde allá en tan prodigiosa cantidad, llena todo el infierno con su intolerable hedor, y los cuerpos de los condenados, ellos mismos, exhalan una peste tan pestilente que, como dice San Buenaventura, sólo uno de ellos bastaría para infectar todo el mundo.

El propio aire de este mundo, ese elemento puro, se torna fétido e irrespirable cuando queda encerrado largo tiempo. Considerad, entonces, cual debe ser la fetidez del aire del infierno.

«Imaginad un cadáver fétido y pútrido yaciendo descompuesto y podrido en la sepultura, una materia putrefacta de corrupción líquida.Imaginad un cadáver fétido y pútrido yaciendo descompuesto y podrido en la sepultura, una materia putrefacta de corrupción líquida.      Y a continuación imaginad ese hedor malsano multiplicado un millón y más, otro millón de millones sobre millones de carcasas fétidas comprimidas juntas en la tiniebla humeante, una enorme hoguera de podredumbre humana.

Y a continuación imaginad ese hedor malsano multiplicado un millón y más, otro millón de millones sobre millones de carcasas fétidas comprimidas juntas en la tiniebla humeante, una enorme hoguera de podredumbre humana."

Imaginad un cadáver fétido y pútrido yaciendo descompuesto y podrido en la sepultura, una materia putrefacta de corrupción líquida.

Imaginad tal cadáver preso de las llamas, devorado por el fuego del azufre ardiente y emitiendo densos y horrendos humos de nauseante descomposición repugnante. Y a continuación imaginad ese hedor malsano multiplicado un millón y más, otro millón de millones sobre millones de carcasas fétidas comprimidas juntas en la tiniebla humeante, una enorme hoguera de podredumbre humana.

Imaginad todo eso y tendréisuna cierta idea del horror del hedor del infierno.

San Anselmo, Similitudes